La ciudad de León ha experimentado un notable crecimiento a lo largo de los años, y ese desarrollo se ha visto reflejado también en sus instituciones deportivas. En sus inicios, no contaba con estadios para la práctica profesional del fútbol o béisbol, y los encuentros deportivos se realizaban en campos improvisados en las orillas de la ciudad. Lugares como los campos del Monumento a la Madre, Apolo y campo de las Antenas, llamados así por estar cerca a las antenas de la estación de radio XELG, son sólo algunos ejemplos de los terrenos donde se jugaba antes de la construcción de los primeros estadios.
El primer estadio de fútbol con acceso controlado en León fue el “León-Atlético”, ubicado en el terreno donde hoy se encuentra el Parque Hidalgo. Este estadio, con una sencilla estructura de madera y tribunas limitadas, fue testigo de los primeros campeonatos locales, y en él jugaron equipos emblemáticos como el Unión de Curtidores y el León Atlético. En 1944, se dio un paso importante al debutar el fútbol profesional en el Estadio Patria, que originalmente era un campo de béisbol. Poco después, en 1945, se construyó el estadio “Enrique Fernández Martínez”, un espacio más adecuado para el creciente deporte en la ciudad.
Por otro lado, en el ámbito del béisbol, el Estadio Patria fue uno de los primeros en promover el deporte en León, gracias a la donación de terrenos por parte de Francisco Lozornio. Sin embargo, la venta de estos terrenos en 40 pesos por metro cuadrado provocó indignación entre los aficionados al béisbol, pues significó la desaparición de un espacio emblemático. No fue hasta 1972 que se fundó el Estadio Domingo Santana, consolidándose como un nuevo hogar para el béisbol profesional.
Finalmente, el crecimiento de la ciudad trajo consigo la necesidad de un estadio de mayor capacidad y modernidad. Así, en 1968 se culminó la construcción del Estadio Nou Camp, pensado para recibir eventos de gran magnitud, como el Mundial de 1970. Este proyecto, liderado por los ingenieros Xavier Vallejo y Jaime de Obeso, y apoyado por el Gobernador Juan José Torres Landa, marcó un hito en la infraestructura deportiva de León, consolidando su lugar en la historia del deporte nacional.